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PRIMER AÑO DE SU MUERTE

MISA DE PRIMER AÑO-MUERTE PADRE CHUY ------------------ (San Diego, 27 de septiembre de 2022) P. Daniel Albarrán --------------- Érase una vez… Es que esa manera de empezar a hablar para contar algo hace que nuestro cerebro se prepare y se disponga para una cosa nueva.  Y  la imaginación empieza a hacer su trabajo de elaboración, porque aún cuando se trate del mismo cuento, no es la misma elaboración, que es un juego del cerebro, que hace que eso mismo sea lo mismo pero enriquecido, y que lo que es viejo siga siendo nuevo. En ese sentido, nunca de nunca hay cuento viejo, porque lo bueno que tienen los relatos es que siempre tienen algo nuevo en su historia, que es la elaboración mental que se le coloca cada vez que los escuchamos; eso nos hace siempre jóvenes, más bien, niños en la fantasía que pareciera que es la primera vez que lo oímos, y nos entusiasmamos de volverlo a escuchar.  Un ejemplo son las parábolas de Jesús que nunca pierden vigencia, a pesar de lo vieja de por lo menos d

El hombre que no tenia apuros

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( OTROS LIBROS)   ·          TITULO: el hombre que no tenía apuros ·          Autor: J. Daniel Albarrán ·          Edición: el mismo autor ·          PORTADA: imagen tomada de internet. Edición de portada: el mismo autor. Escrito en el mes de octubre, en Barcelona y Puerto la Cruz, Venezuela.

Prólogo

 Prólogo (Mons. Jorge A. Quintero) Desde el corazón y con espíritu agradecido al hermano y amigo el Padre Chuy, el Pbro. Daniel Albarrán Uzcátegui, sacerdote del presbiterio de la Diócesis de Barcelona, escribe este libro, conociendo por su amistad y cercanía a Chuy, y en memoria del hermano humilde y servicial lo titula: "El hombre que no tenía apuros" En estas páginas se contiene para el recuerdo y la perpetuidad lo que fue el sacerdocio de Chuy; su muerte, nos dice el autor: "despertó el hecho de sentir que lo queríamos y no sabíamos cuánto. Y lo lloramos" Al leer cada capítulo nos encontramos con la vida humilde y servicial del sacerdote que vivió sin apuros, su entrega alegre y generosa, a su manera y en su tiempo. El autor nos recuerda la frase que usaba para todo: "No os preocupéis", invitando a confiarse y abandonarse en la Providencia. Estas letras escritas con el corazón, nos hacen ver la vida con espíritu de fe, como nos lo enseña san Pablo a lo

PRIMER CAPÍTULO

 PRIMER CAPÍTULO UNA POSIBILIDAD QUE HASTA LO MEJOR SI Definitivamente, la muerte es una experiencia límite que nos pone en las fronteras de la realidad. Nos coloca ante el hecho del misterio de la vida misma, como frente al misterio de la muerte, como tal. Y, es una experiencia de finitud y aniquilamiento, porque pasamos a experimentar en un santiamén que nada somos, y con ello se revaloriza la vida, porque la vida es un pasar fugaz, y nos coloca, también, frente al otro hecho de la nada, porque pasamos a experimentar, igualmente, que nada somos. Vuelve a tener vigencia las sonatas del libro del Eclesiastés, donde se insiste cansonamente que todo es vaciedad, en la vanidad de vanidades. Y, eso nos hace experimentar ese acontecimiento que es sencillamente natural. El hecho es que murió el padre Chuy. Ese fue el acontecimiento. Y, ese fue la experiencia límite. Nos sorprendió. ¡cosa más absurda¡, porque sorprendernos la muerte es señal que nos hemos olvidado de ella, y ella nos anda

SEGUNDO CAPÍTULO

 SEGUNDO CAPÍTULO EL DÍA DE LA MISA DE EXEQUIAS El 27 de septiembre, cerca de la media noche, había sucedido el tránsito de esta vida del padre Chuy. Misterios de misterios ante los que el silencio absoluto es la respuesta, sin más palabras que el silencio, y ya esto es mucha palabra. Al amanecer del día siguiente nos enteramos por las redes, especialmente, por el wasap de muchos de los contactos que se hacían eco de la noticia. Y, ya todos sabemos cómo actuamos ante estas noticias. Mejor dicho, no sabemos cómo vamos a actuar, y a todos nos toma por sorpresa, según la cercanía que se haya tenido con la persona. Nos tomó como nos tomó aquello. Y, lo primero es, inmediatamente, buscar un responsable. Nos consuela el relato del Evangelio de San Juan, cuando Marta salió corriendo a recibir a Jesús que llegaba a casa del amigo después de tres días que se le había dicho que Lázaro estaba enfermo. Marta, enseguida, le reclama a Jesús, y, en cierta manera, le echa la culpa, al decirle que “si

TERCER CAPÍTULO

 TERCER CAPÍTULO EL DÍA MIÉRCOLES Estábamos donde estábamos, y éramos los que estábamos. No hacía falta nadie más y tampoco nadie sobraba. “Así como íbamos, íbamos bien, decía la loca, y la llevaban de los cabellos”, dice el refrán. Todo estaba perfecto. Empezó la ceremonia litúrgica de misa de exequias de cuerpo presente. Estaba el difunto. Estaba el ministro consagrado para realizar el servicio religioso, aunque en este caso había más de un ministro consagrado, porque estábamos una buena representación. Y estaba el Obispo de la diócesis. También estaban los músicos que iban cantando sus canciones religiosas de esperanza. Y estaban los curiosos que ni siquiera habrían conocido al difunto, pero que no podían faltar, porque por eso es que son curiosos, e, igualmente, estarían llorando, porque “a donde fueres, haz lo que vieres”, ya que así son las cosas. Y si no fueran así, igualmente, así serían las cosas. Es interesante descubrir la importancia que tienen las cosas en sus justos lugar

CUARTO CAPÍTULO

 CUARTO CAPÍTULO DEL AMIGO  A la hora de describir al padre Chuy… Empecé a decir yo con micrófono en mano, con la condición que hablara poquito, y en ese momento el maestro de ceremonias de la liturgia se me había acercado para susurrarme al oído que hablara más fuerte porque casi no se escuchaba, quitándome el tapaboca para facilitar la audición, seguí hablando, aunque, prácticamente, apenas había empezado. En ese momento el señor Domingo estaba apoyado desde afuera en una de las ventanas del templo. El señor Domingo era el amigo cercano del padre Chuy, que últimamente lo llevaba y lo traía para todas partes en su carro, y hacía sin ninguna otra ganancia que la de prestar un servicio al amigo que requería ir y venir en sus actividades pastorales. Hay siempre los buenos cireneos que Dios pone en el camino de los sacerdotes en la atención de sus obligaciones. El señor Domingo lo había sido. Entonces, lo primero que dije, fue:  Mis condolencias al señor Domingo, el chofer del padre Chu